viernes, 26 de mayo de 2017

Alimentación sana y segura 


Cuando es una dieta sana
Se entiende por dieta sana aquella ingesta de alimentos que ayuda a mantener, recuperar o manejar la salud.
Es un proceso automático, producto de la cultura, y a la vez un acto voluntario que está condicionado por diversos tipos de factores que determinan una buena o mala alimentación.
La correcta nutrición es uno de los pilares de la salud y el desarrollo, permite reforzar el sistema inmunitario, contraer menos enfermedades y gozar de una salud. La gente sana es más fuerte, más productiva y está en mejores condiciones de desarrollar al máximo su potencial.
Se puede llevar una dieta sana mediante varios alimentos ya sea sana mediante varios alimentos ya sea de origen vegetal o animal. Una dieta equilibrada se considera, junto al ejercicio, una manera importante de reducir los riesgos para la salud asociados a la obesidad o la hipertensión entre otras enfermedades.
Para poder llevar una dieta sana es de suma importancia el consumo de agua, ya que el agua ayuda a purificar el cuerpo limpiando las toxinas que se producen diariamente, además debe tener menos espesa la sangre y ayudar al corazón a bombearla mejor. También es posible estimular el metabolismo para que queme las calorías y queme más grasa corporal tan solo añadiendo más agua a nuestra alimentación; ayudando también a la hidratación de la piel.
Durante los primeros años la buena alimentación y nutrición son fundamentales para la salud y el bienestar a lo largo de toda la vida.
La lactancia materna es uno de, los factores más importantes, pese a lo cual apenas un tercio de los lactantes reciben lactancia exclusivamente materna durante los primeros 6 meses.

 Recomendaciones para una dieta sana
Existen gran variedad de posturas y planteamientos que pretenden definir una dieta sana, así como guías alimentarias diversas, y la cantidad de agua por individuo. La organización mundial de la salud da cinco recomendaciones, aplicables tanto a individuos como colectivos:
ü  Aumentar el consumo de alimentos vegetales, en especial frutas, verduras, legumbres, cereales y nueces o similares.
ü  Reducir el consumo de grasas y consumir preferiblemente ácidos grasos insaturados en lugar de grasas saturadas o ácidos grasos trans.
ü  Reducir el consumo de azúcar. Un informe de 2003 recomendaba que se debía consumir menos de un 10% de azucares simples.
ü  Reducir el consumo de sal y de sodio, cualquiera que sea su origen, y consumir sal yodada.
La dieta y la reducción del riesgo de enfermedades.- Existe una probable relación entre el estilo de vida, incluyendo la alimentación, y el descenso del riesgo potencial de padecer enfermedades como el cáncer y otras enfermedades crónicas. Algunos hallazgos de la biología molecular y la epidemiologia sugieren que el consumo de leche favorece el desarrollo de enfermedades crónicas como la arterosclerosis, la carcinogénesis y algunas enfermedades degenerativas.
Cáncer y la alimentación.- La OMS ha dictaminado que un 30% de los factores relacionados con el cáncer tiene relación con la alimentación.
El consumo de ciertas carenes rojas (vacuno y cordero) está relacionado con un aumento moderado del riesgo de padecer cáncer de colon. No se ha demostrado un incremento del riesgo en el caso de la carne de cerdo, si bien se han realizado pocos estudios bien diseñados hasta la fecha. Asimismo, se ha demostrado una mayor posibilidad de desarrollar cáncer de colon asociada al consumo de carnes procesadas.

Los minerales son los elementos naturales no orgánicos que representan entre el 4 y el 5 por ciento del peso corporal del organismo y que están clasificados en macro minerales y oligoelementos. El ser humano los necesita para mantener el buen funcionamiento del cuerpo y garantizar, entre otros, la formación de los huesos, la regulación del ritmo cardiaco y la producción de las hormonas.




Elaborado por: Jhosida Lizeth Salinas Castillo







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